Cambiamos de piel, entre caricias y derrotas

me miro como un árbol que en silencio se deshoja

en olas de viento me entrego, suelto lento

impaciente descubro lo que no me confieso

Cambiamos de piel y me regalas ternura

un fuego pequeño templa el amor que me alumbra

y me entrego al movimiento, que es pregunta y es acierto

vacilante del tacto que hipnotiza mi cuerpo

Cambiamos y cambia también nuestra sombra

la luz que me atraviesa es un caudal que se desboca

en risas y llanto, en música y libretas,

en versos que contemplan y desnudan mi tristeza

La corteza cae y va asomando lo que muta

me convierto en animales ancestrales de la Luna

en serpientes que sacuden y escalan mi consciencia

y meditan dentro mío un vacío y tu presencia